ÁREA FORMACIÓN

Integrada por:
Silvina Muzzanti
 - Profesora Adjunta ordinaria - Responsable del Área - Jefa de División
Mariana Lewkowicz - Profesora Adjunta Ordinaria
Emilse Diment - Jefe de Trabajos Prácticos
Cecilia Acevedo - Jefe de Trabajos Prácticos
 

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Formación:

El día 25 de agosto del 2023 llevamos a cabo el primer encuentro con especialistas organizado en el marco del programa “Sigamos Estudiando 2022. Universidades públicas comprometidas con el derecho a estudiar” (Res 2023/152 APN SECPU#ME), ciclo de encuentros “Subjetividad y Aprendizaje”.
El encuentro denominado “Hablemos de drogas: producción de cuidados con adolescencias y juventudes. Una mirada socio-educativa” estuvo coordinado por la Dra. Jorgelina Di Iorio de la Asociación Civil intercambios y contó con la presencia de docentes del nivel inicial, primario, secundario y superior; hubo también de educación de adultos. Algunos de los asistentes forman parte de equipos de orientación escolar y otros se desempeñan como preceptores.

A continuación compartimos un resumen de la actividad:

 

La Dra. abrió el intercambio puntualizando que el problema de las drogas es complejo, que forma parte de un contexto, por tanto se vincula con ideas de las personas que llevan a pensarlo de determinadas maneras en diferentes momentos, y en países determinados. Ideas como que el consumo de drogas no incluye a los psicofármacos en población femenina de clase media que los consume incluso sin prescripción médica, o que el alcohol, que  es una sustancia legal pero la que más se consume en la actualidad genera menor daño, aunque está vinculada a diferentes violencias; o que el consumo de cigarrillo haya sido cosa de todos los días incluso en las instituciones educativas y no se lo haya dimensionado como actualmente lo está –lo asocia a cuestiones de política sanitaria y campañas publicitarias-.
Esas ideas direccionan, determinan prácticas y pueden comenzar a ponerse en circulación. Específicamente, en cuanto a un posible abordaje socioeducativo tanto en ámbitos de educación formal como en otros dio algunas pistas o claves a tener en cuenta.
Por un lado, señaló la posibilidad de hacer del consumo de sustancias un contenido transversal, es decir que pueda abordarse desde diversos espacios curriculares y no en un único taller; siempre a partir de abrir posibilidades para hablar; alejándonos de lo punitivo o moral.
Además, subrayó la importancia de que el abordaje sea desde el lado de la salud, la prevención y lo colectivo en vez de que sea penalizado individualmente. Se vio que muchas veces en la institución educativa esto último suele ser lo más frecuente - entonces las intervenciones son tales como suspensiones de personas, de clases, o el recurrir a la policía, etc-. Vale decir, se desaprovecha la oportunidad  de abordar lo conflictivo, de darle un espacio y eso mismo genera un mayor daño en todos.
La intención sería generar espacios de diálogo para que les otros puedan pensar críticamente acerca de lo que les pasa, lo que hacen y sus consecuencias. Hacer pregunta. Se trata de actualizar las posibilidades de salud que de hecho siempre existen en las instituciones.
Destacó que es un tema que genera frustración y que obviamente no es suficiente el solo abordaje que pueda hacerse desde el espacio socioeducativo; pero, igualmente, es mucho lo que sí se puede inaugurar e instalar. En este sentido, planteó que entre la intervención ideal, incluso con especialistas, y la real hay muchas posibilidades de generar comunidad con quien el adulto educador se sienta más cercano, como otro profesor, y por mínimo que sea es posible (no es necesario esperar una iniciativa institucional, compartida entre todes).
Resaltó el valor de compartir con estudiantes incluso lo que como adultos no sabemos sobre el tema, y podemos ir indagando. Aprovechar lo que se difunde de situaciones de consumo, por ejemplo en figuras conocidas, en los medios de comunicación. Se trataría más de aprovechar, estar disponible, escuchar.
Además, señaló que la misma sustancia no genera el mismo efecto en la misma persona, en diferentes momentos, y ni que hablar en diferentes personas. Se habló de la importancia de lo que el entorno social establece y cómo acercarlo a lo que como adultos nos preocupa. ¿Cómo hablar con jóvenes para quienes el consumo no es un problema y que incluso les genera “beneficios” en su vida social y cotidiana? Entonces habría una terna que incluiría sustancia, daño y beneficio/placer/efecto buscado (químico, social, personal). Esto frecuentemente es soslayado. El abordaje psicológico queda opacado, privilegiando comúnmente acciones desde lo bio-químico e informativo.
Comentó que fármaco (de phármakon) es tanto remedio como droga, significa beneficio y veneno, a la vez (esto para dorgas legales y no legales).
Se mencionó el mundo del consumo de productos y el placer inmediato que se busca, en una cultura que es compartida, en la que el consumo en general se estimula y valora. Agregó la valoración social del riesgo; que en la adolescencia es propia tomando en cuenta ese momento vital que transitan, de experimentación. En definitiva, se propuso revisar estereotipos más allá del consumo de sustancias; incluso consumos en la virtualidad. 
No siempre el consumo de una sustancia lleva a quien consume a una carrera de consumos in creyendo hacia otras sustancias, contrariamente a lo que se cree. No hay patrones de consumo fijo.
Subrayó Jorgelina que la idea rectora es generar una práctica que lleve a problematizar: cuándo sí, cuando no, regular el consumo, conocer daños (en países hay normas y leyes que cambian el panorama, incluso políticas de atención diferentes, y de extracción y comercialización con fines también industriales) esto, obviamente, sin incitarlo. A partir de buscar el encuentro, que les otros se involucren y que la información por sí misma no basta. Habló de la potencia del vínculo con el adulto, y alguien trajo el tema de la pérdida de su autoridad, que se viene percibiendo en una “escuela muy baqueteada”.
Amplió con reinterpretar la idea de riesgo. Revisar qué es lo problemático del consumo, ¿es el consumo de la sustancia o lo que los sujetos hacen en un espacio, para quién?, pregunta que habilita la posibilidad de abrir nuevos aprendizajes sociales, de hacer pregunta.
Prevención no es solo brindar información, sino traer como puerta posible para generar algún cambio en el comportamiento y mejorar cuidados los sentidos vinculados con prácticas (línea de sustitución, como opción, por ejemplo si el consumo es para olvidar algo….). Ampliar escenarios de intercambios social y afectivo de las personas, ampliar el mundo; esa sería la producción de cuidados. Poner disponibilidad para que les otros tomen… Involucrar al otro activamente. No esperar autonomía en jóvenes y adolescentes,  cuando la vida es con otros, constitutivamente.
Invitó a visitar la página de la Asociación Intercambios, donde figuran bajo el título ideas potentes, algunas acciones que se pueden implementar, no al modo de recetas. Estas las han ido elaborando con docentes y operadores sociales; también con jóvenes. Incluso hay sugerencias para armar secuencias.
Quedó circulando y varios de los presentes recalcaron en el cierre estas ideas:
- La propuesta de estar disponibles, como esencial; y apostar a construir trama de disponibilidad con otros. El generar autonomía en otres; porque finalmente son ellos quienes deciden. Se habló de recibir a estudiantes con lo que traen, con lo que son. De una escuela que genere emancipación; del castigo que suele llevar a abandonar a los adolescentes; la exclusión que pueden vivir y el estigma con que son vistos.
- No limitar las acciones sólo a equipos de orientación.
- El alejarnos de lo binario y pensar en la singularidad del cuidado; que además les daría a los jóvenes y adultos otro sentido para sus escuelas.
En un clima distendido y de diálogo pudimos compartir inquietudes que iban surgiendo. Los asistentes pudieron traer sus propias experiencias e inquietudes con mucha naturalidad;  se mostraron interesados en la temática, dispuestos y muy entusiasmados por seguir participando en próximas iniciativas con esta modalidad. Tuvimos la experiencia de intercambiar con la Dra. Di Iorio en una situación que ella misma quiso transmitir como la más propicia para encarar acciones institucionales en reducción de daños por el consumo de sustancias. 

 

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Adolescencias, entre subjetividades desafiadas y amparos culturales